Blogia
mirai

Último signo de opresión

Ya podemos dormir tranquilos, anoche cayó el último signo de opresión hacia el pueblo. Se trataba de una estatua de un hijo de puta que hizo la vida imposible a nuestros asdendentes tiñendo de azul el panorama. No viví la época de la masacre ni de su dictadura pero era para haberme alistado al bando rojo para combatir contra él.

La caida de este símbolo fue un orgullo para todos nosotros excepto para los del brazo derecho levantado, que lloraron mientras cantaban consignas del 'partido'. En fin, hijos de puta hay en todos los sitios, pero ahora ya no quedan fantasmas.

0 comentarios